Esta tarde me siento con ganas de compartir con vosotros un diminuto fragmento de la próxima novela que tengo entre manos. Título y portada, de momento top secret. Terror sí, y espero que del bueno. Es un verdadero placer deformar la realidad a voluntad propia para vosotr@s. Os dejo con el fragmento.
Diego G. Andreu
"El sueño adquirió tal grado de realismo que sintió en
cada punta de sus nervios cómo los dientes se desprendían de su boca con un sordo
chasquido. Los golpes de Geremy habían sido tan violentos que saltaron sin la menor
resistencia, y por las oquedades que quedaron en sus encías donde una vez estuvieron
sujetos con fuerza manaba la sangre junto a restos astillados, anegando toda su
boca y desbordándose incontrolable por su camisa desabotonada.
Un prolongado
trueno que retumbó como un alud y sacudió el vidrio de la ventana la despertó con
brusquedad, pero para su bien, colaboró enérgicamente en sacarla de aquella pesadilla.
Sin embargo, transcurrieron unos segundos hasta que su mente pudo discernir la realidad
del sueño. Se tocó con su dedo índice los dientes, y aterrada, descubrió que le
faltaba un premolar. Tuvo que ordenar sus pensamientos para caer en la cuenta de
que aquel horrible hueco era auténtico y evocar el siniestro momento en que ella
mismo tuvo que extraerlo con sus dedos.
La oscuridad
de la noche la envolvía entre sus brazos y se metía por debajo de las sábanas acariciando
su piel con sus pálidos dedos. Julie miró hacia la ventana con ojos atemorizados.
Desde su posición era el único punto de luz que podía vislumbrar, pero no era el
débil haz luminoso lo que había llamado su atención. Fue el repiquetear de la lluvia
contra el cristal lo que logró avivar los latidos de su corazón. Por un instante
se inclinó a pensar que eran cientos de uñas carcomidas que la incitaban a abrir
la ventana.
Le costó
multitud de latidos adicionales tomar consciencia de que se hallaba en la habitación
de su hijo muerto, pero cuando la coherencia la embargó por completo, fue el crujir
de los codos de Geremy al partirse como ramas secas lo que consiguió alzar la comisura
de sus labios. Se sentó en la cama y observó las palmas de sus manos entre las sombras.
Todavía podía sentir la vibración del martillo en ellas y el intenso dolor que se
transmitió a través del metal y la madera."